El segundo volumen de su preciada colección estaba ya casi terminado. La joven y bella enfermera introdujo el líquido de la jeringa en el brazo de la octogenaria mientras examinaba su rostro. Después la retrató con su polaroid, fijó la foto en el álbum y repasó el resto de imágenes que componían la serie. La sonrisa de satisfacción del que sabe que ha ejecutado a la perfección su trabajo iluminó su rostro. "Nadie la echará de menos y el mundo será un lugar mejor sin sus arrugas", pensó complacida.
S.D.Esteban
La cuidadora
Actualizado: 14 feb 2022