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  • Foto del escritorS.D.Esteban

Cuentas

—“Si no eres mía, no lo serás de nadie”, fue lo último que me dijo antes de hundir el cuchillo en mi vientre.

—Tranquila, aquí no podrá saltarse la orden de alejamiento.

Una vez Pedro hubo acomodado a la mujer en su habitación, se dirigió a su despacho, sacó su libro de cuentas y formalizó el ingreso mientras negaba con la cabeza. Treinta y siete mujeres y aún faltaban dos meses para finalizar el año.

Apesadumbrado, se levantó y cerró las puertas del cielo.

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