El otro cuento
- S.D.Esteban

- 27 oct
- 1 Min. de lectura
Enseguida se abrió la puerta del bar y salió corriendo una chica, cruzándose la rebeca sobre el pecho. Se volvió para contestar al hombre que corría detrás de ella, llegó al lado del coche y le abrí la puerta de delante. Ella se abrió la de atrás, tomó asiento, colocó la cesta de mimbre bajo sus pies y cerró de un portazo mientras todavía podían oírse las voces del hombre de grandes orejas y dientes afilados que nos observaba y las de los que habían quedado en el bar.
—Debí haber seguido mi instinto en lugar de hacer caso a terceros —dijo, más para sí misma que para mí. Después, añadió con premura—: ¡Rápido, a casa de la abuelita! Por el camino más largo, por favor.




Hola S.
Ya sabes que soy torpe en mis comentarios, perdóname.
"Se volvió para contestar al hombre" Me ha distraído la palabra contestar. Quizás esperaba ver o mirar.
Me he perdido con las puertas: "le abrí la puerta de delante. Ella se abrió la de atrás"
¿quieres indicar independencia?
Al margen de mis tonterías, el relato es fantástico y la idea me parece genial.
Pura envidia. 😜
Un saludo
En pleno siglo XXI y el cuento sigue vigente... aunque el final de este me gusta mucho más...😍
No está nada mal, esta Caperucita de cuento corto y trayecto de coche largo… ;)