Esta mañana he ido a visitar a tu padre. Si, ya sé que siempre me dices que no te gusta que vaya sola pero, ¿qué quieres que haga, hija? Tenía que hablar con él.
Se me ha hecho un poco tarde y el señor de la puerta casi no me deja entrar. Pero ha debido compadecerse de mí, una pobre vieja con andador a cuestas, porque al final me ha permitido la entrada y nos ha dejado a solas diez minuticos.
Le he contado a tu padre las novedades sobre ti, sobre tus hermanos, sobre los nietos... ¡Ah!, y le he explicado que ha nacido nuestro primer bisnieto. Se ha puesto como loco de contento, el pobre; aunque le apena un poco el no poderlo conocer. Ya ves, lo que son las cosas.
Después ha llegado el señor para cerrar y me he tenido que ir, claro. Pero antes le he dejado la lápida limpia como una patena, le he cambiado las flores y le he prometido que el año que viene, si Dios quiere, le llevaré también una foto del nuevo miembro de la familia.
Gracias por recordar a los que no están físicamente pero si en nuestro ❤️