Él esta nervioso porque sabe que ella subirá en esta parada. Como cada día; a la misma hora.
Ella le sonreirá tímidamente y se sentará enfrente; en silencio; sin decir nada.
Después abrirá su libro y simulará que lee. Y sus miradas se encontrarán, de vez en cuando.
Y ambos se sonreirán.
Pero las puertas se han cerrado y el asiento de enfrente continúa vacío.
El tren prosigue hacia su destino y él, ansioso, la busca en el andén con la mirada.
Pero ella no está; hoy no ha venido.
Lo que él no sabe es que mañana tampoco vendrá. Ni ningún otro día.
Él ignora que jamás volverá a verla.
Desconoce que se casará dentro de unos años, que vivirá una vida plena y feliz con su mujer, sus hijos y sus nietos, pero que aún así, incluso en sus últimos días, recordará a la joven lectora y lamentará no haber hablado con ella.
Joooooo Qué bonito y triste a la vez.....Se me ha hecho demasiado corto.....
E AY, LA INCONNITA, LO QUE, PUSER ONO, 🤔😆MEGUSTA❤️❤️
Te hace pensártelo dos veces antes de quedarte parada, de no hacer caso a tus impulsos...😟
Me ha gustado que pena que la pareja no se dijeran que se amaban en secreto porque seguramente el amor verdadero hubiera surgido. Muchas veces no se dicen las cosas por miedo pero el tren sólo pasa una vez. Te felicito por tus relatos
Ohhh, que pena😔😢😢. Precioso relato Silvia. Un abrazo muy fuerte ❤️😘😘😘