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  • Foto del escritorS.D.Esteban

Paciencia

Son las nueve menos diez. Mal día en el trabajo. Le pesan la espalda y el alma. Al traspasar el umbral de la puerta escucha voces y cubiertos en la cocina. Acomoda su bolso y su abrigo en la entrada y se dispone a cenar disfrutando de un momento de paz en familia.

Ya en la mesa observa que su hija pequeña luce ropa de calle —lo que significa que aun no se ha duchado—; los platos de la comida esperan sucios en la pila; la ropa, humedeciéndose en el tendedero. Suspira. Se levanta y abre la nevera. A su espalda sus hijos discuten y un plato de sopa estalla en el suelo.

Se aferra con fuerza a la nevera hasta que sus nudillos se tornan blancos y explota.

Gritos, lloros, discusiones, protestas.

En la cama, lágrimas de frustración recorren sus mejillas. La próxima vez comprará más paciencia en el mercado. Cueste lo que cueste.

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